Vivir a la moda es adaptar la coyuntura a las necesidades
del entorno. El hándicap es la facilidad con que ese mismo entorno es
fácilmente manipulado por los poderes de facto de la sociedad: político,
económico y mediático. Potenciales que cada vez, y siempre en perjuicio del
ciudadano, cohabitan con mayor sinergia.
Todo está peligrosamente relacionado. Quizás por esa razón,
en un país dirigido por la derecha representativa de las potencias económicas,
con capacidad para la manipulación informativa mediante la alianza con los
grandes gurús mediáticos (potencias económicas), la solución al (en mi opinión
mayor problema en España) alto nivel de desempleo de la sociedad es dejar la responsabilidad de diseñar su camino
laboral al propio ciudadano.
Emprender es la palabra gurú, la solución a los problemas. El emprendedor es
el buen ciudadano porque, “la riqueza de un país se mide por sus emprendedores
y no por sus empresarios” (gobierno dixit).
No, ahora ya no “mola” ser
empresario, eso es “casta” y lleva demasiadas connotaciones negativas en una
sociedad donde parte de la corrupción que tiene manchada la marca y reputación
del Estado ha nacido de este sector. Lo verdaderamente “in” es ser emprendedor.
Fuente: Diario El País |
Por el contrario, la fuerte campaña de márqueting diseñada
por el poder gubernamental considera que no emprender es no ser solidario, no
tener iniciativa, no ser responsable ni como agente social ni como persona,
porque eres un conformista, un acomodaticio, casi un agente pasivo que entorpece
el avance de la sociedad para quien, por supuesto, eres una losa, un fracasado.
La ofensiva publicitaria para manipular mentalidades ha sido
tan estruendosa y potente que intenta hacernos olvidar que la potenciación de
la necesidad de emprender es una campaña creada e impulsada por unas
instituciones dirigidas desde la derecha. Esa ideología que prima la propiedad
privada frente a la pública, que recompensa por resultados económicos, que favorece determinadas leyes del mercado,
que prioriza la riqueza de una determinada clase social y potencia la competitividad
sin atender la necesidad de la res pública, es decir, una mentalidad donde prevalece el
conservadurismo y proteccionismo frente al progreso y la igualdad de
oportunidades.
La situación, siendo peligrosa, adquiere verdadera alerta social
cuando se implanta como principio educativo entre los más jóvenes. Y ahí ya
hemos llegado.
No solo han
proliferado centenares de negocios al amparo de esta nueva solución mesiánica a
la crisis sino que la fortaleza del mensaje comienza a injerir en el temario
educativo del joven estudiante. Solo unos días en contacto con la comunidad
universitaria me ha permitido comprobar el potencial que ha adquirido la
campaña ser emprendedor y su consiguiente peligro.
Ahora todos los jóvenes tienen ideas que, por supuesto se
van a premiar porque la nueva sociedad recompensa la creatividad. Lo que no
muestra la fuerte campaña es que España es el país con más autónomos de todo el
continente europeo, (según datos estadísticos de infoautónomos las altas de
autónomos en 2013 fueron un 42,3 % mayor que las registradas en 2010.
Y lo más peligroso, el
mensaje del gobierno del PP esconde que
el derecho al trabajo es un derecho fundamental que recoge la legislación internacional
y que ha de ser favorecido, promovido y facilitado por las instituciones siendo
uno de los deberes de los responsables y no un agente externo que se regule por
iniciativa popular.