(Art. publicado en VLCCIUDAD.COM domingo 13 de Abril)
Con el aroma que solo la brisa
marina ofrece a sus calles, el Distrito Marítimo de Valencia lleva días
amaneciendo engalanado a la espera del sonido de los primeros tambores que
convertirán durante unos días los barrios del Cabanyal, Canyamelar y Grau en el
escenario donde procesionarán Claudia Prócula, Pilatos, Judith, Salomé, Marta,
Verónica y por supuesto la Madre Dolorosa y Jesús Nazareno y Ecce Homo…
La singularidad de la Semana Santa Marinera
radica en la capacidad de un pueblo para revivir la Semana de la Pasión, Muerte
y Resurrección de Jesús de Natzaret en sus calles. En una esquina vivirás el
encuentro con su Madre Dolorosa, metros más allá verás a Verónica limpiar la
faz de Jesús sudoroso y casi exhausto
cargado con la Cruz camino del Monte Calvario, relucirán el terciopelo de los
trajes de los vestas y granaderos y brillarán las galas de los romanos bajo los
rayos de sol o la tenue luz de la luna. Y mientras, los hogares serán durante siete días improvisados
templos donde venerar las imágenes que igualmente representarán escenas,
personajes y momentos de los últimos días de Jesús en la Tierra.
Y lo vivirán de igual forma los más
fervientes creyentes que los vecinos ateos, se enternecerán y emocionarán con la misma pasión porque todos son hijos
del Marítimo y ciudadanos de una sociedad que ha convertido la Semana Santa en
Marinera y la historia de un personaje nacido en Belén y muerto en la Cruz en
su celebración más grandiosa.
El menú gastronómico que, en especial,
las madres y abuelas del Cabanyal y Canyamelar elaborarán durante horas los
próximos días incluye así en su tradición otras de las peculiaridades de una
celebración que, casi desde el mismo momento que el pueblo asumió como suya fue
revestida de un catálogo de singularidades que la engrandecen en la calle y
entre la sociedad haciéndola más próxima, más viva, más nuestra.
Estas son solo algunas de las
razones por las que la Semana Santa Marinera sigue siendo grande, por eso sigue
siendo honrada por los vecinos del Cabanyal, Canyamelar y Grau y por ello,
sigue siendo muestra de su orgullo como pueblo.
Les esperamos en el Distrito Marítimo de la
ciudad de Valencia porque solo desde la
proximidad al mar podrán compartir nuestra emoción y sentir cómo es la Semana
Santa Marinera, cobijo de una Fe única que nació del pueblo pescador necesitado
de una creencia en la que reposar su esperanza de volver a casa ante las
adversidades de duras tempestades y que hoy sus descendientes, en otra
sociedad, siguen queriendo mantener, porque solo el respeto al ayer engrandece
nuestras tradiciones y un pueblo no tiene futuro si no ama su pasado.