lunes, 6 de marzo de 2017

CÓMO SUPERAR LOS 45 EN BUSCA DE TRABAJO, SER MUJER, PROFESIONAL, INDEPENDIENTE Y NO MORIR EN EL INTENTO

(Artículo publicado en el blog MI MUNDO de WOMENALIA)

Como servidora tiene algunos años, tras vivir la adolescencia con series como Sensación de Vivir y Melrose Place (perdón, pero después de los 40 casi todos llevamos mochila con “objetos no recomendables”), quedé enganchada con Sexo en Nueva York.
Arrancada la independencia familiar, con relativo éxito profesional y abriendo nuevos caminos profesionales, mi identificación con Carrie Bradshaw me llevó a emularla en la redacción de columnas que, bajo seudónimo, durante varios años publique en un diario digital ya desaparecido. Los problemas con la plancha, aquel vecino con el que aceptas cenar y te “ataca” en el ascensor, el novio famoso al que te ves obligada a ver por obligaciones profesionales casi todos los días en tv, radio, prensa, la crisis que provoca que la chica que te adecenta el apartamento sufre un ligero resfriado. ¡Ah, y la lavadora! Dios! cuántas veces me he percatado que llevaba sin lavar 2 semanas al ir al armario y encontrar que ¡¡no te queda ropa interior limpia!!!.
En fin, en los albores del s.XXI la sociedad te permitía ironizar con esa cotidianeidad que el sueño del bienestar nos ofrecía. Hoy, más de una década después, releer algunos de esos artículos es hiriente, tanto personal como socialmente. Hoy, aquellos problemones son tan banales, que casi parecen burlones y ruboriza solo plantearlos.
Ahora vivimos solo en presente, casi no recuerdas a ese ex, te pasas horas limpiando la casa, te has hecho incluso amiga de la plancha a quien, en situaciones de desespero, le hablas esperando respuesta.

Hoy aquellas felices treintañeras independientes,  profesionales, entusiastas, somos cuarentonas que se acercan a los 50 envueltas en problemas físicos, estresadas en busca de trabajo al tiempo que estudiantes permanentes en todo tipo de MOOCS.
Y esos son los problemas que me gustaría lanzar en este blog. Mi nombre es Yolanda, después de dos décadas como periodistas en un medio de comunicación, un ERE acabó con un traumático cierre de una empresa que nos ha tenido en primera línea de los medios de comunicación durante meses (¿años?) a los que lo sufrimos.
Mis preocupaciones hoy son, por desgracia, las de miles de mujeres como vosotras. La necesidad de reinventarse profesionalmente, emprender, poner en marcha la imaginación para ser original, singular y buscar nuevos horizontes laborales porque, además de vivir, hay una hipoteca pendiente que abonar cada mes.   Y no existe la pareja que te ayude a superar el bache, no puedes permitirte desfallecer porque tu futuro depende de la energía con que aproveches el hoy... y hay que ser optimista.

Analizamos lo positivo. Aquel desfallecer que aparece superados los 40, cuando ya no te apetecía salir cada noche en busca de superfluas diversiones, el refugio del hogar,  mantita, algo de chocolate, una buena peli o un mejor libro, me abrió a escudriñar nuevos senderos profesionales. La conquista del mundo tecnológico nos obligaba a iniciar cursos, otear posibilidades y vivir en permanente reciclaje. Sin niños que cuidar, la soledad personal y la permanente inquietud que me acompañó durante mi etapa de periodista en activo es ahora el mejor aval para lanzarse al vacío del inicio de un nuevo camino.
Afrontar una nueva etapa profesional, con algo más que nociones del mundo laboral que la comunicación ofrece a los periodistas en el siglo XXI, ha sido importante para hacer eso que se ha convertido en el nuevo chaman del siglo XXI: emprender.  
Y ahí andamos, reseteando mentalidad, vida, profesión, las inquietudes que quiero aquí compartir tras respirar unos meses y afrontar con vigor que es necesario REINICIAR... Porque como dice Carrie Bradshaw “después de todo, los ordenadores se estropean, la gente muere, las relaciones se rompen. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar”. 

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