Aquí estamos. Ya llegó. Según
dicen muchos expertos, comentaristas o analistas, esos que hace tiempo
conquistaron casi todos los medios de comunicación, hoy comienza una nueva era MUNDIAL
con la toma de la posesión como presidente de los EEUU del excéntrico
millonario Donald Trump.
Mi reflexión no es un análisis
que ofrezca un exhaustivo estudio. Servidora no es una especialista del tema,
por mucho que me seduzca el espectro político y especialmente, la investigación
en la comunicación política en todo su sentido de observación, exploración,
asesoramiento y construcción del mensaje…(Gracias Governatia por exacerbar mi inquietud)

En definitiva, hechizada con el
estudio del marketing y la comunicación política que ofrece (y ha ofrecido
desde su candidatura a la Casablanca) Barak Obama. ¿Acaso no ha sucumbido el
contenido al continente político?, ¿no es cierto que la política hoy es más
marketing que doctrina?...
Esta inquietud es la que me ha
llevado a disfrutar con el visionado del último discurso de Barak Obama, hasta
2 veces. La primera fue en inglés y casi en directo. No controlo el idioma,
solo entendía algunas palabras pero era inefable el valor que ofrecía un primer
visionado para un análisis de su poder gestual y la fuerza que, el ya
expresidente estadounidense, realiza de la comunicación no verbal.