miércoles, 24 de octubre de 2018

En un levante otoñal la parca se lleva a Carmen Alborch

     Hay gente con la que compartes ideas y hay gente con la que descubres ideas. Personajes que te ayudan a cimentar tus principios, esos que te acompañarán siempre, porque se cruzan en tu travesía en el momento que estás abriéndote a la vida adulta mientras forjas tus propios pensamientos.

Suelen ser personas que conviertes en referente, personas que defienden ideas, personas que utilizan el poder de la palabra, pero que labran su eternidad en sus gestos, porque como dijo Woody Allen: “las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”.

Carmen Alborch dijo e hizo cosas, muchas cosas, tuvo gestos, muchos gestos y todo lo hizo casi siempre sola. Por ello, fue pionera y es (y será) un símbolo  para muchas mujeres que descubrimos, gracias a sus escritos, libros, discursos y gestos que  “ser mujer es algo maravilloso y hemos de interiorizar nuestra dignidad y libertad, el respeto hacia nosotras mismas y la exigencia de que los demás también han de respetar nuestros movimientos, creatividad, espacio y sexualidad”.

De igual forma que nos ayudó a descubrir que: “vivir sola no es lo mismo que estar sola, ni sentirse sola ni ser una persona solitaria...porque…las mujeres solas no nos conformamos….ni somos militantes de la soledad”.

Audaz, pionera en todos esos ámbitos de una dilatada trayectoria que es expuesta hoy en casi todos los medios de comunicación que recuerdan que, la valenciana nacida en Castelló de Rugat, pero que se definía como “ciudadana mediterránea”, fue la primera decana de la Facultad de Derecho en Valencia, primera ministra valenciana de la democracia, concejal, socialista  y amiga, que vivía en mayúsculas, con una sonrisa en los labios y una energía incombustible, nos ha dicho adiós.

lunes, 15 de octubre de 2018

61 años de la riada que cambió Valencia

Tal dia como ayer hizo 61 años que una riada inundó Valencia, el agua se llevó casas, calles, vidas y sueños. En mi casa el 14 de octubre es un dia triste para mi familia materna.
Mi madre, más de 60 años después, no puede evitar la emoción. Ella junto a sus padres, hermano y abuela perdió casa, dinero y el sueño de montar un nuevo negocio que trajo a los Melego del pueblo a la ciudad.
El Turia se llevó al mar lo que era un objetivo profesional familiar, una nueva vida que quedaría truncada cuando tuvieron que huir al tejado para salvar la vida...el resto, marchó con el agua hasta el mar..., otras cosas se convirtieron en barro y las más sucumbieron bajo o entre las aguas.
Durante meses la familia fue el refugio aunque, según cuenta muy de tarde en tarde mi madre, fueron las noches junto a su abuela en casas de auxilio o de caridad, las que le abrirían la senda de una nueva vida que, casualidades del destino, trajo a la familia Melego a vivir junto al Mediterráneo. A ocupar aquellas viviendas construidas en el barrio de la Malvarrosa (hoy "casitas rosas") que se convertirían en los nuevos hogares de muchos de los damnificados, muchos de los afectados por aquel torrente de agua el 14 de octubre de 1957.
Hoy 61 años después, aquellos que ocuparon las viviendas, hoy "las casitas rosas", ese otrora espacio de convivencia y hogar para los que el agua dejó en ruinas, contemplan el deterioro de aquellas que fueron sus casas y hoy relucen solo en sus recuerdos.
Por eso, el 14 de octubre no es una buena fecha para mamá ni para el yayo ni para el tio... Por eso, el 14 de octubre, sin que nadie diga nada, intentamos leer poco y nombrar menos aquella fecha de 1957, aunque todos sabemos que mamá mira de reojo el calendario y llora sin lágrimas, sonríe disimuladamente mientras evoca lo que perdió, aunque fuera ese rio buscando al mar la que la traería a orillas del Mediterráneo para crear su propio hogar, su propia familia, su propia vida, esa que provocó que aquella pascua a principios de los 60 conociera, cerca del mar, a papá y provocara que hoy estemos nosotros aquí, Yolanda, Jorge y Maria José.
Asi que, aunque a mamá siempre le pellizcará el corazón cada 14 de octubre al contemplar algunas de estas imágenes que llevan implícitas los dolorosos sentimientos vividos, yo pienso que fue ese río queriendo llegar al mar al que nosotros debemos la vida.....porque la vida es la realidad que acontece mientras el mar trae a la orilla el agua...el agua de la lluvia que cae sobre el mar para mantener siempre libre, rico y vivo EL MAR....ese que para la gente del Marítimo, de una u otra forma, nos marca la vida.

Seguidores