viernes, 11 de noviembre de 2011

PARÓN DE LIGA PARA ESTO

            Va a resultar casi un sacrilegio confesar cómo me aburre extremamente ahora, en pleno mes de noviembre, un partido de la selección española. Por muy campeona del mundo que sea. ¿Parar la liga para esto?
            Ustedes disculpen pero puede ser motivante para las arcas de la Federación un partidito en Costa Rica pero, sinceramente, si alguien encuentra algún atractivo futbolístico al evento estaría encantada de conocer sus argumentos. Ni tan siquiera la curiosidad por ver a tal o cual jugador desenvolverse entre los mundialistas resulta suficientemente seductor, y más si analizamos lo poco amigo que está resultando ser el seleccionador nacional a cambios que motiven un poco al aficionado.
              No voy a entrar a discutir ni la personalidad ni los conceptos futbolísticos con los que ha impregnado el combinado nacional Vicente del Bosque  (heredero de un conjunto configurado ya en la Eurocopa que, recordemos, ganó España con Luis Aragonés en el banquillo), pero aun aceptando estas premisas, resulta un tanto desconcertante observar el poco apego a  novedades del seleccionador para con sus convocatorias.
              Era ésta una buena oportunidad para comprobar cómo se las apañarían vestidos con la “roja”  futbolistas con actitud y estado presente óptimo, como el valencianista Roberto Soldado, o bien, jugadores con futuro esperanzador y que todavía cohabitan en la sub’21 cuando se otea su incuestionable poder para dirigir el equipo español en unos años, como el joven Muniaín. Personalmente me hubiera gustado que la selección ofreciera cosas nuevas, dice un amigo que “hasta del caviar se cansa el hombre”, pues sí.  Y más si el caviar a veces te lo tomas con cervezas y no acompañado de champagne o cava que sería lo más oportuno.
           No señor, esta vez creo que es criticable la actitud del seleccionador en este parón competitivo de liga. Muchos equipos y futbolistas hubieran agradecido una brisa nueva en un conjunto que ve cómo algunos de sus campeonísimos tendrán complicado llegar al siguiente mundial en nivel competitivo adecuado.  Queda muy bien el homenaje a los internacionales “centenarios” pero también hubiera quedado muy bien observar nuevos rostros en el equipo que, al fin y al cabo, es el equipo que representa a todo el fútbol nacional.
         En fin, como factor positivo queda personalmente poder observar una vez más el majestuoso, impresionante y excelente recinto deportivo que es el estadio de Wembley, uno de los estadios más espléndidos y de mayor cariz simbólico  en el universo futbolístico. Puede que, con la morriña de recuerdos imborrables vividos en el mítico campo de fútbol inglés, la nostalgia me robe la mirada de reojo siquiera unos instantes en el encuentro entre España e Inglaterra del sábado 12 pero, señores, un Costa Rica-España. Uff, será difícil que siente a alguien ante el televisor.
            Allá la Federación, sólo un reparo que, ni mucho menos pretende ser ni consejo ni dictamen, la gallina de los huevos de oro también sucumbe, su vida más o menos larga depende del mimo, el trato y la consideración con la que se le  crie o malcríe. Y de eso sólo su dueño es responsable.

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